martes, 13 de marzo de 2012

Las hermandades rompen el "tabú" de las donaciones de órganos

Las hermandades y cofradías de la Semana Santa de Sevilla se han volcado en fomentar las donaciones órganos a través de un sector – el religioso – sobre el que proliferan falsas creencias en torno a esta práctica y que la iglesia católica apoya decididamente. Algo tan simple como fundir un cirio en la candelería de un paso de palio se ha convertido en uno de los gestos de mayor simbolismo de las últimas cuaresmas. Desde hace algunos años, este gesto se está dando en algunas hermandades de la capital y la provincia y detrás de él se esconde un contundente apoyo de los cofrades a las donaciones de órganos.


Durante años, y por motivos religiosos asentados en falsas creencias, se pensó que el paso a la otra vida debía de ser con todos los órganos, aunque estos carecieran ya de utilidad. Eso a arrastró a numerosas culturas a rechazar de plano las donaciones de órganos cuando, en realidad suponen una oportunidad nueva para vivir con plenitud en aquellos pacientes necesitados de un transplante.

En Andalucía, en general, y en Sevilla, en particular, las hermandades y cofradías están sirviendo, en los últimos años, de altavoz para contrarrestar esas creencias escasamente fundamentadas. En Cuaresma, cuando los pasos de palio gozan ya de la presencia de las dolorosas que procesionan en ellos, está teniendo lugar el acto de colocación del cirio de los donantes. Un simple gesto lleno de simbolismo que no pretende otra cosa sino concienciar  a la población, especialmente, religiosa y cristiana, de los beneficios que para la humanidad supone el acto de la donación.

Todo comenzó cuando el pintor Emilio Díaz Cantelar introduce en el cartel que para la Semana Santa de 2008 le encarga el Consejo de Cofradías un cirio votivo. En ese cirio figuraba una inscripción dedicada a su mujer, que había sido trasplantada de hígado y riñón unos años antes.

El cuadro en sí representaba al paso de palio de la Amargura, de perfil, regresando al templo después de la estación de penitencia, con la candelería consumida. Bajo el título “Amargura y Esperanza”, el autor había querido expresar la amargura que padece el ser humano cuando está enfermo y la esperanza de la donación.

Sin quererlo, Díaz Cantelar había sembrado la semilla, el germen de lo que más tarde se convertiría en el “cirio de los donantes” que ya ha procesionado en numerosos pasos de la Semana Santa sevillana.

De hecho, ese mismo año, la hermandad de la Amargura acogió el primero de cuántos se han organizado. Es la primera vez en la historia de la Semana Santa que la realidad emula al cartel y no al revés. A partir de ese momento, numerosas hermandades han apostado por acoger este acto. En algunos casos, coincidiendo con salidas extraordinarias o conmemoraciones especiales.

En la Estrella, se fundió en 2009 el cirio “Una Estrella para la vida”, dado que la Virgen había sido nombrada patrona de la asociación de trasplantados de corazón. En la Esperanza de Triana, con motivo de la salida extraordinaria por el XX aniversario de la coronación canónica de la dolorosa, Amigo Vallejo colocó en el palio el cirio “Esperanza para la vida”.

En estos actos, todo un símbolo de la solidaridad en cada Cuaresma, participan donantes vinculados a las distintas hermandades o hermanos y cofrades que hayan sido receptores de una donación. Tanto en el Sol como en el Dulce Nombre de Bellavista, los pasos de la Virgen y el Cautivo portaron el cirio blanco con el lema “Dar para recibir”; en la Sed se colocó otro con la leyenda “Vida y Consuelo” y en los Negritos, el palio lució en la candelería “Ángeles para vida”. Y así, hasta una larga lista de actos solidarios que han recorrido las hermandades de la capital y la provincia.

Fuente:
José Antonio Rodríguez

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