jueves, 5 de enero de 2012

LA CORTE DE LOS MILAGROS

Todos los pajes del Rey Melchor serán niños sevillanos que viven gracias a los trasplantes de órganos, a ver si la gente se conmueve de una vez.

Dicen que la Cabalgata es sobre todo para los niños y dicen bien, pero va a ser difícil encontrar en toda Sevilla a un solo chiquillo que esté tan envisperado con el fenómeno y tan arrebatado por la encharolada magia del acontecimiento como el doctor José Pérez Bernal, a la sazón Rey Melchor. Desde su proclamación como tal por parte del Ateneo, este médico del Hospital Virgen del Rocío y anterior coordinador de trasplantes de Sevilla y Huelva está viviendo ese gozo como una extensión más de la gran misión humanitaria en que convirtió su vida hace tiempo: lograr que la gente se conciencie de una vez por todas de la importancia vital de la donación de órganos. Con ese fin va a llenar la carroza de sus pajes con 28 niños que viven hoy gracias a esa concienciación social, y con la misma esperanza se sentaba ayer tarde en el trono que lo paseará por Sevilla este jueves, y que luce como trinquete un cirio con el lema Una estrella para la vida. 
Iluminado por una bombilla que simulará ser una llama, "este cirio hará las veces de la Estrella de Belén. Esta buscaba un nacimiento; nosotros, el día 5, recorreremos Sevilla buscando otro nacimiento, el renacer de quienes logran volver a la vida gracias a la generosidad de la gente; un camino que ha sido muy largo. Y parece que ya estamos llegando", comentaba ayer el doctor, esperanzado por su propia emoción, mientras se encaramaba a la carroza para la foto. Y tan largo: el año de la Expo, el 60% de las familias sevillanas se negaban a la donación de órganos de sus parientes muertos; hoy, el porcentaje no llega al 20, lo cual tiene visos de proeza aunque todavía, como dice Melchor, quede camino por delante.
Gran parte de ese recorrido que aún falta hasta llegar por fin al corazón de todos serán esos 13 kilómetros de la Cabalgata de pasado mañana. Probablemente el Ateneo de Sevilla no haya puesto nunca jamás en la calle un milagro mayor que ese, pues ninguno de los chiquillos que colmarán la carroza del Soldadito de Plomo, la que lleva a los pajes del Rey Melchor, estaría vivo si no fuese por la generosidad que nace del dolor; si no fuese porque en los momentos más tremendos de las familias, cuando se les acaba de comunicar el fallecimiento de un ser querido, hay quienes tienen la entereza, la grandeza y la humanidad de responder que sí a la pregunta de si consienten la donación de los órganos. Ahora solo falta que esa carroza sea, en palabras del doctor Pérez Bernal, "un mensaje vivo" que cale en los sevillanos y que los conmueva en lo más íntimo.
Para ello, los ciudadanos harán bien fijándose en sus caritas, en sus sonrisas, en su vitalidad incombustible. Podrán ver a Beatriz, que nació tras dos trasplantes de hígado de su madre, Ana María, y de la que el propio Melchor es padrino; estará Fernando, de 14 años, que vino al mundo gracias al trasplante de hígado al que se sometió su madre, Eva; tendrán ocasión de saludar a Susanita, de 11 años, que vivió los tres primeros años de su vida en un hospital a base de diálisis y que hasta entonces no aprendió a hablar, a andar, a comer... "¿Cómo no te vas a acordar de sus nombres?", pregunta retóricamente el doctor Pérez Bernal. "¿Cómo no te vas a acordar de Carlitos, al que le pasó lo mismo y hoy corre como loco de contento, o del veterano Álvaro, que lleva ya 11 años trasplantado de riñón? ¿Cómo no vas a saber que se llama Christian el niño al que su madre va a donar un riñón dentro de unos días, y que estará ahí arriba en la carroza? ¿O de Gema y María, dos mellizas de Los Palacios, que han vivido seis años con un riñón artificial? Sencillamente, no puedes olvidarlos."
Luis, Ana, Javier, Jaime, Tania... El médico va repasando los nombres y circunstancias de los niños que le darán escolta la tarde de la Cabalgata del Ateneo, hasta recalar en la joven que se encargará de cuidarlos a todos, Mari Paz, que aunque tiene 30 años solo cuenta los siete últimos, desde su trasplante de pulmón, "así que cumple con los requisitos de edad para salir, que es tener hasta 14 años". Además, en la propia carroza real, junto con los miembros de su familia, Melchor llevará por acompañantes a dos personas muy especiales: su sobrino Luis Romero, trasplantado de hígado hace casi veinte años, y a Rafael Flores, cuyo rostro y cuya historia se hicieron inolvidables el año pasado gracias a un exitoso trasplante de cara que emocionó a toda España y que lo sacó a él de su particular y espantoso infierno."
Todos ellos merecen el aplauso de los sevillanos", comentaba ayer Pérez Bernal. "Y también me gustaría que los vieran las alrededor de mil familias de donantes de órgano s que hay en Sevilla, para que digan: mereció la pena", añadía luego. Hermano de Los Negritos y de la Macarena, y devoto de la Estrella por ser patrona de los trasplantados de corazón, el flamante Melchor va a tener la buena fortuna de pasar con el cortejo por delante de los tres templos (lugares especialmente recomendados para ver la Cabalgata, porque Su Majestad hará, a través de sus beduinos, sendas ofrendas de flores a las tres imágenes de la Virgen: Ángeles, Macarena y Estrella. Al llegar a la primera se soltarán, además, globos azules. El resto lo pondrán 6.000 kilos de caramelos, 5.000 ositos rebozados en corazones y, hay que deciro, también mucho carbón. "Voy a poner carbón a todos esos famosos que están transmitiendo a los jóvenes la idea de que se puede triunfar a base de chabacanerías y sin trabajar, sin estudiar, sin luchar, sin tener valores." Pues le va a hacer falta una mina.
"Últimamente me preguntan mucho qué pediría a los Reyes para este año, y estoy pensando que serían tres cosas que empiezan por la letra ese: Salud, solidaridad y soñar. Para lograr algo, primero hay que soñarlo, desearlo, esforzarse en conseguirlo. ¿Sabe una cosa? Mi madre murió cuando yo tenía 6 años, y yo desde ese momento quise ser médico para que ningún otro niño se quedara sin madre. Y me comía los libros. Es eso, el sueño de lograr algo, lo que nos lleva a menudo a alcanzar objetivos que parecían inalcanzables. Y estos tres deseos se resumen en una palabra: Esperanza. Estas dos carrozas van a transmitir esperanza a toda Sevilla, vamos a lanzar la esperanza en forma de caramelos."
De utilidad:
Para hacerse donante:  
Si quiere ser donante de órganos tras su fallecimiento, pida la tarjeta de donante y comunique su decisión a sus familiares (la autorización final de estos será indispensable, llegado el momento). Infórmese de todo llamando a la Organización Nacional de Trasplantes (902 300224) o a través de la web: http://www.ont.es/portal/Paginas/SolicituddeTarjeta.aspx.
Y no olvide, además: 
Donar sangre es vital. Hágalo. Infórmese de los lugares y horarios en la web:
www.crtssevilla.org.
FUENTE: CÉSAR RUFINO (EL CORREO) 02/01/2012

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