lunes, 20 de febrero de 2012

COLECCIÓN DE ROSARIOS DE LA HERMANDAD (IV)

En el mundo de los rosarios aparecen aquellos que ofrecen algún tipo de relación con órdenes religiosas y aunque es fácil identificar el rosario con la Orden de Predicadores, los Dominicos, fundados por Santo Domingo de Guzmán creador del rosario que se practica en el catolicismo, otras congregaciones nos ofrecen interesantes ejemplares del instrumento de cuentas de oraciones.

            Sin duda, a lo largo de esta serie, nos encontraremos con rosarios dominicos pero en esta entrega concreta haremos mención a los Carmelitas.

            Son de auténtica relevancia las misiones carmelitanas por todo el mundo y especialmente por América Latina, como ellos mismos identifican la zona, y de allí llegaron dos rosarios peculiares.

            El primero, ciertamente, no es que viniera de América  pero sí está hecho a mano por un fraille carmelita descalzo en el santuario de Las Ermitas, estribaciones de Sierra Morano, próximo a Córdoba, y conforme la técnica que él mismo aprendió en una misión de Colombia. Se trata de una variante de los conocidos rosarios de pétalos de rosa que en Colombia confeccionan con una planta autóctona muy parecida a nuestro jazmín. Con pétalos blancos de jazmín muy oloroso del jardín del santuario de Las Ermitas es con lo que están hechas las cuentas de ese rosario, el nº 37 de la colección, que llegó a la Hermandad donado por una hermana previa gestiones con el referido fraile para que lo hiciera “por encargo” tras conocer su habilidad confeccionándolo y el origen del modelo. Sucedió en el verano de 2004. 

            Por la misma fecha y por mediación del mismo fraile nos llegó otro rosario carmelita, el nº 38 de la colección, originario de Brasil y confeccionado por nativos en una misión del Amazonas.

            Se trata de un precioso ejemplar que muestra en el avemaría el Sagrado Corazón de Jesús en el anverso y el Inmaculado Corazón de María en el reverso, siendo las cuentas de semillas de una planta tropicar aborígena.

            Cuando se recoge algún rosario como los reseñados se deja constancia de su destino y las señas de contacto. Gracias a ello, en este caso concreto, unos merses más tarde se recibió otro rosario, el nº 39 de la colección, donado por el abad del monasterio carmelita de Belén de Trasierra, Córdoba, confeccionado a mano por un fraile, quizás el mismo que hizo el de pétalos de jazmín, y cuyas cuentas son huesos de aceitunas de un olivo de aquel jardin monacal.


Juan José Domínguez González
Hermano Archivero

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